Sopa de letras
Cada vez que me dejás vuelvo a ser un poco esto. Un poco, nada más. Y eso que cada vez es menos molesto y más empoderante. Ponele. Cada vez es menos triste, pero no lo suficiente. Cada vez es como si una nueva vez no fuera la misma. Diferencia y repetición. Cada vez es como si la niebla se hiciera más espesa y yo quedara más atrapado, más hundido de este lado. Aunque también cada vez es como la primera, me toma por sorpresa. Luego recuerdo lo que es estar desolado, lo que es estar solo. Lo que es no tener a nadie. Lo que es estar ausente en el medio de la muchedumbre. No porque no haya nadie realmente sino por uno se siente aislado. No sos vos, por supuesto, soy yo. Soy yo que tiendo a estar más solo de lo que parece (más aún). Soy yo que las manos no me llegan a tocar. Soy sólo yo, apenas un chico interesante en la escala de valores de lo normal. Alguien un poco más interesante que el promedio. Pero a mí nunca me importó ser interesante. Si aspiro a algo es a la belleza. Ya sé que es